Resumen de la tertulia sobre “Elogio de Sócrates” de Pierre Hadot
Celebrada el jueves, 29 de mayo de 2008.
Una vez más, nos hemos reunido en torno a un libro, una oportunidad maravillosa, no sólo para dialogar, sino para reflexionar sobre las posibles y diferentes interpretaciones a que dan lugar la lectura de un mismo texto. Un punto de encuentro, una mesa redonda donde se cultiva el amor a los libros, una nueva tertulia a la que ha sido invitado D. Lorenzo Rodríguez (Presidente de la Asociación Unesco para el Diálogo Intercultural y Religioso) por lo que sirvan estas líneas para agradecerle su asistencia.
Comenzamos la tertulia con un resumen de la obra: “Elogio de Sócrates” es una conferencia que Pierre Hadot impartió en suiza en 1974, en la cuál nos da una pequeña introducción de la figura física de Sócrates, para llegar a la conclusión de que poco importa su físico, pues su figura ideal fue el pilar de la tradición filosófica occidental y del pensamiento contemporáneo. Posteriormente, divide la conferencia en tres partes tratando a Sócrates en cada una de ellas, como Sileno, con rasgos místicos de Eros, y por último de dionisiaco.
Esto nos llevó a reflexionar sobre la figura del Sileno y descartando al Sócrates desvergonzado y vividor, nos quedamos con la definición siguiente de Sileno: como aquél cofre que se utiliza para depositar en su interior estatuillas de dioses. Posteriormente al pasar a la segunda parte del libro donde del autor identifica a Sócrates con Eros basado en las referencias de “El Banquete” de Platón, fue el tema más desarrollado de la tertulia, pues de todos es conocido las erróneas interpretaciones que se han realizado sobre el amor masculino de los educadores en aquella época, ignorando, o no sabiendo reconocer el amor como ideal, donde los maestros reflejaban en sus discípulos belleza, bondad y justicia. Al afrontar la figura del Sócrates dionisiaco, última parte del libro, se alcanzó el punto álgido de la tertulia, pues no sólo hubo diferencia de opiniones sobre las últimas palabras de Sócrates antes de morir: “Oh Critón!, le debo un gallo a Asclepio”, sino que también las hubo sobre los comentarios de Nietzche sobre estas últimas palabras que Pierre Hadot nos describe. No por ello dejamos de llegar a la conclusión de que la referencia al Sócrates dionisiaco y su poder de seducción, se refiere a la fuerza del diálogo socrático como transmisión de enseñanzas, y por último, no olvidamos que Sócrates quedará como el filosofo ideal, cuya obra filosófica no fue otra que su elección de vida como opción existencial, pues sus valores están en el saber que no sabe.
Paco Lopez
lunes, 2 de junio de 2008
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