Resumen de la tertulia sobre "Un día de cólera" de Arturo Pérez Reverte.
Jueves 24 de abril, 20 horas.
Nos reunimos de nuevo en la Biblioteca de Alejandría, cita en la sede de Nueva Acrópolis en Málaga, esta vez en torno a la obra “Un día de cólera” del escritor Arturo Pérez Reverte, a escuchar, a respetar las opiniones de los demás y a disfrutar con la lectura.
En primer lugar, he de decir que la tertulia fue bastante animada y fraguó en parte el inolvidable tono de las mejores tertulias a las que he asistido. Es por lo que agradezco desde estas líneas el interés demostrado por los asistentes.
Tomando como punto de partida la citada obra, que más, que propiamente de historia trata sobre aspectos poco difundidos de la historia, en un intento de relatarnos la personalidad de los protagonistas inscritos en los documentos oficiales e informes militares. El punto álgido de la tertulia se centró en los siguientes comentarios personales que Pérez Reverte realizó al ser entrevistado en el País Digital:
“Fue lucha sucia, callejera. Cada uno hizo su guerra, es la chusma, el pueblo bajo, ignorante, el que sale a la calle. Las putas de Lavapiés, los matarifes del Rastro, los chisperos (herreros) de Barquillo, los delincuentes, los mendigos. Muchos salen por barullo, por chulería, por robarle al francés los dineros de la bolsa y arrancarle los dientes de oro.
¡Maldito día! El Dos de Mayo es una losa que aún nos pesa. Es el día en que el instinto, el coraje, el fanatismo, el valor, el patriotismo, el ansia de rapiña, el deseo de venganza, lo noble y lo innoble produjeron un proceso que trajo consecuencias terribles para España. Los madrileños luchan en el bando equivocado ese día. Para restituir el viejo orden, casposo, ruin. Esa épica callejera nos metió en una pesadilla que arrastramos hasta hoy.”
Cuando se leyó este comentario, subió inesperadamente la temperatura de los tertulianos, pues la mayoría de los presentes no estuvieron de acuerdo con dichos comentarios, pues se consideró que el autor no sólo se ha encastrado en la animalidad del astral colectivo, sino que ha quedado encasillado en ella y mide a todos los personajes que salieron a defender a su país con la misma vara. Un drama como manifiesta, del que creemos que aún no se ha restablecido el autor.
Posteriormente, y más relajados, se comentó la ironía de los protagonistas, que en un primer momento fueron tratados de rebeldes, y que posteriormente, con el transcurso del tiempo, pasaron a ser héroes.
Asimismo, se trató sobre la fuerza que puede tener la masa en la evolución de un país, y cómo puede cambiar su historia, lo que nos llevó a preguntarnos ¿Quién decide la Historia o el destino de un país? ¿Qué hubiera ocurrido si hubiera fraguado la intención napoleónica de instalar un gobierno francés en España? ¿Están los países en manos de la incultura y la ignorancia? Reflexiones que se fueron deshilando poco a poco durante la tertulia. Y, ya para terminar, agradecer desde estas líneas la participación en la tertulia del historiador Miguel Artola, el cuál nos esclareció datos históricos concretos de dicho periodo y que nos fueron útiles durante la tertulia.
Paco López,
domingo, 4 de mayo de 2008
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