sábado, 21 de enero de 2017

Baruch Spinoza.


Nuevo articulo para nuestra galería de filósofos de uno de nuestros colaboradores. En este caso sobre uno de los más destacados pensadores del siglo XVII y que ha ejercido una enorme influencia sobre la filosofía posterior.


BARUJ DE SPINOZA: LA FILOSOFÍA QUE PULE LENTES


.-"Con el juicio de los ángeles y la sentencia de los santos, anatematizamos, execramos, maldecimos y expulsamos a Baruch de Spinoza, con asentimiento de toda la sagrada comunidad, en presencia de los libros sagrados con los seiscientos trece principios allí inscriptos, pronunciando contra él la maldición con la que Elisha maldijo a los niños, y todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley. [...] Que sea maldito durante el día y maldito durante la noche; que sea maldito en su acostarse y en su levantarse; maldito en su salir y maldito en su entrar. Que el Señor nunca jamás lo perdone ni lo reconozca; que la ira y el desprecio de Dios ardan de aquí en adelante contra este hombre, lo carguen de todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley, y borren su nombre de debajo del cielo." [Excomunión de Spinoza por parte de la comunidad judía de Amsterdam, 27/07/1656

Baruch de Spinoza nació en 1632 y murió con sólo 44 años en 1677. De profesión pulidor de lentes, su pequeña tienda en Amsterdam era sitio de peregrinación para pensadores, profesores de universidad y discípulos suyos que acudían a oir a su maestro con una absoluta devoción. De él se ha dicho que “sólo hay dos filosofías: la propia y la de Spinoza”(Bergson) o más recientemente el filósofo Gille Deleuze decía de él que era “el príncipe de los filósofos”.

La admiración que despierta en la actualidad contrasta con el absoluto desprecio que le propiciaron desde la Comunidad Judía de la que provenía, y también por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia Católica. Su obra más importante la “ética demostrada según el orden geométrico” fue catalogada por la Inquisición como “libro forjado en el infierno por el judío renegado en colaboración con el diablo”; igualmente le valieron epítetos parecidos otras importantes obras suyas tales como “Tratado Teológico-Político” o “Tratado Breve”.

Nos encontramos frente a un autor abocado centralmente a la Teología, cuya gran tesis  postula una sola sustancia que consta de una infinidad de atributos, estableciéndose de ese modo una identidad entre Dios y Naturaleza que lo ha situado en la tradición como un autor panteísta y monádico. Dios es la Sustancia Principal que está en todo y contiene todo, no pudiendo haber nada fuera de Él, no es posible hallar nada en la Naturaleza que sea malo, impuro o abominable.

Así, para Spinoza la vida es esencialmente bella, buena y digna de ser vivida por lo que no es de extrañar que para él la clave de la vida filosófica sea la felicitas, entendida esta como un camino y no como un estado. Un camino de práctica de la virtú, que nos lleva esencialmente a la hilaritas o alegría, entendida por Spinoza como alegría de lo necesario o contentum. El contentum es para Spinoza de naturaleza moral e interior. La alegría interior desbordante que se siente cuando se está en el camino de la virtud, para Spinoza la risa era síntoma de una vida de beatitudo, es decir, feliz. Lo cuál chocaba de plano con el carácter triste y oscurantista que presidía las manifestaciones religiosas, cristianas y judías de su tiempo.

Para Spinoza, el camino de la virtud estaba compuesta de encuentros felices que aumentan nuestra potencia de ser y de encuentros tristes que disminuyen nuestra potencia de ser. Para Spinoza la vida consistía en procurarse aquellos encuentros que aumentaran la potencia de ser y de actuar, y por el contrario alejar de sí todos aquellos encuentros que nos envenenan es decir, que nos ponen trabas para la práctica de la virtud por ello

 y para ello, es fundamental para Spinoza aprender, ya que el conocimiento es la piedra de toque de la libertad ya que:
“la principal actividad humana es aprender, para entender, ya que el entendimiento es lo que nos hace libres”

Para Spinoza sin conocimiento no hay libertad, y sin libertad no puede haber paz que

La principal crítica que se le hace a Spinoza es la relativizar el bien y el mal, crítica que no era más que falaz ya que Spinoza atribuye el Bien a Dios exclusivamente, y a los seres creados por el lo bueno para un cuerpo, esto es, la cantidad de bien que un cuerpo o ente es capaz de canalizar, porque para Spinoza no todos somos iguales, sino necesariamente distintos…y dónde algo es necesario..es necesariamente bueno.
Cada ente es capaz de una determinada capacidad de bien según su naturaleza, o de una determinada capacidad de mal según su naturaleza. Tampoco era Spinoza determinista, ya que la naturaleza no sólo es la predisposición innata, sino que depende de los propios actos, es decir, del componente de encuentros felices y tristes que cada cuerpo es capaz de almacenar durante su vida.
La vida, para Spinoza, es nuestro camino hacia el encuentro Feliz, siendo la muerte el gran encuentro feliz con la transcendencia.


SANI

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