jueves, 3 de abril de 2008

La consolación de la filosofía, Boecio


Su autor fue Manlio Severino Boecio, (475-524) político y filósofo de su tiempo, fue perseguido entre otras cuestiones por defender el ideal platónico de un estado gobernado por filósofos. Estas ideas y el hecho de haber sido declarado traidor al régimen de Teodorico frente al cristiano emperador JustinoI, dieron con sus huesos en prisión, quedando exiliado y en espera de la ejecución.

Es en estos momentos de la espera cuando escribe su “La Consolación de la Filosofía”, obra alegórica donde un condenado a muerte que lamenta su mala fortuna es visitado por una augusta matrona que encarna a la Filosofía.

La obra está compuesta por cinco libros que siguen una misma línea argumental: la defensa de la filosofía y su puesta en práctica por parte de aquellos que buscan una verdadera justicia y libertad frente a la barbarie que desencadena la ignorancia. Sintetiza con su pensamiento las ideas fundamentales de los principales filósofos clásicos de occidente, y logra una verdadera armonización del pensamiento clásico puesto en práctica en la inmediata problemática cotidiana.

Su condena a muerte le hace reflexionar sobre dónde se halla realmente la verdadera felicidad del hombre, dónde su libertad ultérrima, y si realmente existe una Providencia divina y un Destino como un plan inteligente en el orden y evolución del mundo. Frente a la desgracia humana del condenado a muerte que ha querido servir a la justicia y la verdad, se yergue la figura de la Filosofía cómo aquella que acoge en su seno a tantos y tantos sabios que hallaron la fuente de la verdadera felicidad, de la Libertad Interior, y de la Juventud Eterna.
Efectivamente, Boecio murió apaleado en la cárcel de Pavía en el año 524 o 525, y su figura fue rápidamente reclutada como mártir de su fe, a pesar de que en su obra no mencionó en ningún momento ningún autor cristiano, sino que presenta el pensamiento filosófico clásico, e incluso alusiones a la mitología y a las Divinidades greco-latinas. Pero más allá de todo esto, la obra de Boecio nos inspira un medio para superar las barreras que nos pone el mundo, y un ejemplo de armonía integradora entre filosofía, política, literatura y mística, y la dignidad moral de un hombre.
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E aquí algunos fragmentos:
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“Quién con ánimo sereno
sabe poner el destino implacable bajo sus pies
y mira impasible la mudable fortuna,
permanecerá inmóvil ante la furia
amenazadora del Océano
que hace rugir desde su más profundo abismo
sus agitadas olas.
Ni el bramor del Vesubio caprichoso cambiará
su ánimo,
cuando rotos los adornos encendidos
lanza las llamas envueltas en humo.
Inmutable, sigue ante el estruendo del rayo ardiente
quien hiere las altas torres
¿Porqué los pobres miran impotentes
y con rabia a los tiranos crueles?.
Nada esperes, nada temas,
y dejarás desarmado e impotente a tu enemigo.
Pero quien tiemble o vacile, porque no está seguro
ni es dueño de sí mismo,
ha arrojado el escudo,
ha perdido su trinchera y ha atado a su cuello
una cadena que siempre arrastrará.”




“No es más rico el que mas tiene sino el que menos necesita”, y mide sus necesidades por la naturaleza y no por la ostentación.
¿Tan carente está de bienes propios internos que vas a buscarlos fuera y lejos de ti?. ¿Tan cambiado está el orden del mundo, que un ser divino por su razón, como es el hombre, puede pensar que su único esplendor estriba en la posesión de las cosas inanimadas?"




“Rara felicidad la de las riquezas que cuando se adquieren dejas de estar seguro.”

“Si el Universo en cambio constante
conserva una armonía;
si los elementos sellan la paz,
siendo entre sí dispersos y dispares;
si Febo trae en su carro de oro
la luz rosada del día;
si Febe preside la noche
guiadas por el Héspero;
si el mar detiene las olas
dentro de unos límites prefijados;
si la tierra indecisa no extiende
a lo lejos sus fronteras,
y si toda esta serie de fenómenos
se suceden en la tierra, en el mar, y en el cielo,
es por la fuerza del amor.
Si este aflojara las riendas,
todas las cosas que ahora viven en paz
irían a una guerra cruel,
y si ahora la perfecta conjunción de todos
crea la armonía de sus movimientos,
entonces librarían continúa guerra
para destruir la máquina del mundo.
Es el amor el que une a los pueblos
y los mantiene en el vínculo sagrado de la paz.
Es el amor el que estrecha la santidad del matrimonio,
con la más casta ternura.
Es el amor el que promulga las Leyes
de la más fiel amistad.
¡Oh, feliz género humano,
si el amor que rige los ciclos
gobernara también los corazones¡ "



“El sabio no debería alarmarse cuando se enfrenta con la Fortuna, de la misma manera que el esforzado soldado no se alarma cuando suena el grito al combate. Para ambos el riesgo es su oportunidad; para el soldado la de conquistar su gloria, y para el sabio la de afianzarse en la Virtud. Por eso mismo se llama virtud, que significa valor, fuerza. Se apoya en su misma fuerza y no se deja vencer por la adversidad.”




“Quién quiera ser poderoso,
deberá dominar sus fieras pasiones
y no doblar jamás su cuello vencido
al yugo innoble del placer.
Pues aunque hagas temblar a la India lejana
bajo el peso de tu ley
y tus dominios se extiendan hasta los confines de Tule,
si eres presa de negras preocupaciones
y no logras ahuyentar quejas varias,
no eres un poderoso”


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